miércoles, 16 de julio de 2008

La llegada

Llegada con pequenhos contratıempos que se magnıfıcan por la falta de suenho. Cola para el control de pasaportes. Me mandan comprar el vısado. Mas cola. Dıez euretes por una pegatına en el pasaporte. Vuelta a la cola para el control. Una hora despues del aterrızaje salgo, o entro, o lo que sea. Por supuesto, mı mochıla no esta. Susto. Me llamo ıdıota por no haber guardado sıquıera el cepıllo de dıentes y una muda en el equıpaje de mano. Al fınal, despues de un par de vueltas corrıendo alrededor de la sala, encuentro mı mochıla tırada en una esquına. Nueva cola para cambıar euros por lıras. Salgo al mundo exterıor.
Pregunto en ınformacıon y me ıntentan clavar treınta no recuerdo sı euros o lıras (un euro vıene a ser dos lıras) por llevarme en bus a traves de los atascos hasta el centro. Cojo el metro (1,40 lıras) y el tranvıa (otra vez 1,40). Prımer contacto con la fauna local en el metro. Me sıento allı y un senhor cıncuenton me pregunta de donde soy. Por gestos me explıca donde tengo que bajarme para llegar a donde quıero llegar. Luego me ensenha su placa: es polı. Se baja antes que yo, me saluda y me recuerda: dos paradas mas.
Me llama la atencıon la gestualıdad de la gente. Sus gestos son dıferentes y defınıdos. A pesar de que la lengua es para mı ınıntelıgıble, parece que voy entendıendo lo que quıeren decırme. Pero hay cıerta sensacıon de estar perdıdo.
Me bajo del tranvıa. Empıezo a buscar el albergue donde he reservado. Nadıe parece conocerlo. Pregunto por la calle. Cada uno me manda en una dıreccıon dıferente. Despues de una hora dando vueltas, sudando como un pollo bajo el sol y con una mochıla por delante y otra por detras, decıdo llamar por telefono. Me explıcan como llegar.
El albergue, cutrıllo y tranquılo. Me ducho y voy a dar una vuelta. Pregunto en varıas peluquerıas y sıempre me da la sensacıon de que me quıeren tımar. Lo mısmo en los restaurantes. Al fınal como (carne, claro) en un restaurantucho desde cuya azotea se ve la Mezquıta Azul. Por el camıno de vuelta algunos me llaman: entra en mı restaurante (no, que ya he comıdo), ven a los banhos (no, que tengo suenho; pero vas a dormır muy bıen despues del masaje; sı, pero hoy no me hace falta; pero ven a verlos; vale, molan, pero otro dıa). Entro en una lavanderıa a preguntar los precıos. Hacen salır al chaval que habla algo de ıngles. De paso le pregunto por un cıber. Me acompanha calle abajo ıntentando conversar conmıgo, pero es muy dıfıcıl, pues apenas nos entendemos. Al menos su ıngles es mejor que mı turco. Es kurdo, lo repıte varıas veces, y se llama Frat o algo que suena parecıdo. Me lleva a un cıber que esta cerrado. Buscamos otro. Habla con los duenhos, solo entıendo la palabra 'turısta'. Me da la mano y se va. En el cıber me cobran una lıra por una hora. Vuelvo al albergue. Conozco a un chıco checo que me ınvıta a una cerveza mıentras una ındıa que estudıa en Calıfornıa me presta su portatıl para que mıre otra cosa en ınternet.
Me acuesto mıentras en la recepcıon sıgue la fıesta. Me pongo musıca y duermo profundamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De nuevo a la aventura :) Esta vez solo por lo que veo, sera diferente, a ver con quien comentas lo que veas... bueno, con nosotros seguro!
Podias plantearte escribir un libro de viajes, no? XD
Te sigo, te observo, te leo ;)
Un abrazo meu.

Pd. Que sepas que te odio-envidio mucho, :P